Este año 2020 nos ha puesto a prueba obligándonos a vivir bajo unas circunstancias que nunca hubiéramos imaginado.

Durante el transcurso de los diferentes acontecimientos, hemos aprendido a conocer nuestros límites, además de aprender a gestionar nuestros miedos.

A medida que avanzaban las semanas, se nos presentaban números, detrás de lo cuales, en cada número, se escondía una persona.

A veces familiares, a veces amigos, a veces desconocidos a los que no se podía acompañar en los Hospitales durante su convalecencia, o cuando la vida o el virus se los llevaba por delante ni siquiera podíamos velarles.

Momentos dramáticos en los que nos veíamos obligados a cambiar nuestra forma de vivir.

Hemos tenido que aprender a vivir echando de menos a familiares y amigos, abrazos, besos y hemos perdido tantos momentos de disfrute, que la vida azotaba nuestro ser más profundo además del equilibrio mental.

Aparecían momentos de esperanza, que se mantenían vivos durante un suspiro, tras el cual, los acontecimientos volvían a mostrarnos la cruda realidad. Somos frágiles y estamos expuestos constantemente a ese enemigo invisible que está azotando el mundo.

Agradecidos a la vida, los que podemos disfrutar de cada amanecer, seguimos cuidando todos los detalles para protegernos y para proteger.

Durante todo este periodo, que todavía hoy seguimos viviendo, estamos reconociendo la labor de muchos profesionales que se exponen diariamente para cuidar de nuestra salud, desde diferentes profesiones que hoy sí, reciben cierto reconocimiento de la Sociedad.

En nuestro caso, estamos viviendo de forma acelerada la forma en que la Sociedad se ha visto obligada a adquirir los productos básicos y esenciales, además de aquellos otros productos que cada persona decide adquirir.

Nunca fue fácil mantener la cadena de suministro, a través de una perfecta sincronización del movimiento físico de las mercancías y el flujo de la información. Hoy es más complejo ya que debemos sumar todos los protocolos de contacto 0.

Desde la responsabilidad, hacemos uso de las mascarillas, el gel y mantenemos esa distancia social, que nunca llegamos a imaginar ni querer.

Nunca jamás creí que decir “soy negativo” generara tranquilidad a nuestros seres queridos, amistades y compañeros de trabajo, despertando la satisfacción interna de estar haciendo las cosas bien, para cuidarnos todos.

No debemos finalizar el año sin valorar aquello que formará parte de nuestras vidas y que ha cobrado más valor…

Ese proyecto que se inició ya hace unos años, en el que con el paso de los años se han ido sumando más y más familias, y que ha pasado por una dura prueba de estrés, nos ha dado la posibilidad de convencernos de que estamos haciendo las cosas bien.

Era inimaginable lo que se escondía detrás de lo visible, aquello invisible que pasa desapercibido y que ha brotado en uno de los peores momentos de nuestras vidas.

Amigo José Manuel, eres el claro reflejo de que en lo invisible, se encuentra a veces el significado de la vida, y de esta manera, con tus propias palabras, nos dejas un cierre de año esperanzador…

 

Mensaje de José Manuel, 31 de Diciembre de 2020.

 

“Buenos días, quedan horas para acabar de una vez este maldito año que, como sabéis no ha sido precisamente bueno. Si me dicen que este año con un número tan bonito 2020, me iban a pasar las cosas tan duras que me han sucedido, hubiera hibernado desde el mismo día 1 de enero, hasta el 31 diciembre como un oso.Quiero daros las gracias más sinceras a todos los que habéis estado conmigo, al pié del cañón, dándome fuerzas, ánimo, y lo más importante, ayudando a mi familia las 24 horas del día.
Estar en una habitación de un hospital 40 días solo, enfermo y sin saber qué iba a pasar, da para pensar muchas cosas, volverse loco, entrar en depresión. No me importa reconocer que tuve miedo, pero con personas como vosotros fue imposible venirme abajo. DAIS FUERZA, ÁNIMO, me ayudasteis a no perder la esperanza. Me siento con vosotros como si fuéramos una familia de elefantes donde si alguien se queda atrás, lo recogéis y lo arropáis. Y con los elefantes no se juega, son hasta peligrosos cuando tocan a alguien de su familia.
Os deseo una feliz salida y entrada de año. El 2021 yo creo que dará muchas alegrías porque el 2020 hemos sabido cuidarnos y salir de todos los baches y zancadillas que hemos tenido y nos han puesto en nuestro camino, y eso nos hace más fuertes. Todavía no estamos para fiestas, pero todo llegará solo hay que darle tiempo al tiempo. Pero por favor, mucha precaución. El virus está ahí y hay que temerle. No perdamos la cabeza. Cuidémonos y cuidemos a nuestra gente. Ya habrá tiempo para fiestas. Y recordad: MASCARILLA GEL DISTANCIA. Que os quiero ver el lunes dándome los buenos días a todos, sin excepción.”

 

COMPAÑEROS y AMIGOS, os deseo un muy feliz año nuevo de todo corazón.
MGD