Querido Jose Manuel,

hace ya unas semanas que no charlamos y la verdad es que, por alguna razón no extraña, hoy siento la necesidad de compartir contigo algunas sensaciones que últimamente merodean en mi interior.

Vivimos hoy unos tiempos en los que aparecen multitud de artículos, en los diferentes medios, relativos a esa actividad de la que tanto disfrutamos juntos hace ya unos años y que gracias a que la vida me lo ha permitido, yo sigo disfrutando.

Mira, los tiempos cambian, las tecnologías avanzan, las Compañías se fusionan, los “expertos” encuentran medios para compartir sus “sabias” opiniones.

Sin embargo, se puede echar en falta a alguien que levante la mano y dedique unos minutos a reflexionar, a encontrar las razones del éxito de algunos proyectos, como el que la familia FUCSIA sigue disfrutando; y ojo, te podría de hablar de éxitos más allá de la familia FUCSIA, sin embargo esta es la que conozco y por lo tanto de la única que te puedo hablar.

Hoy buscamos información, números, jugamos con estadísticas e interpretamos… y de repente aparece “el listo” de la clase, que no se ha permitido ni siquiera la licencia de escuchar y entender para concluir lo que “debe ser”.

Qué pena me da que haya cosas que no hayan cambiado. Como ya ocurría en el pasado, parece que, por debajo de los Pirineos, los éxitos existen por casualidad…

Claro, unos años de experiencia en el sector, ya te permiten opinar simplemente porque en tu tarjeta dice que tienes un cargo importante…

Qué lejos quedaron aquellos tiempos en los que nos preocupábamos de las personas, de sus situaciones, de sus momentos, de sus incertidumbres, en definitiva, nos preocupábamos de esos seres humanos, que no siendo robots, sí fueron el activo más importante de las Compañías más exitosas, incluso de aquellas que cotizan en bolsa.

Claro, a los españoles siempre se nos juzgará porque nos gusta trabajar poco, comer paella y dormir la siesta, qué ignorancia sigue existiendo más allá de nuestras fronteras…

Pues bien Jose Manuel, tú y yo seguiremos hablando de ell@s, de los compañer@s que hicieron posible que hoy cambiáramos las hojas de nuestro árbol, que nunca nuestras raíces.

Tal vez algún día a los robots les pongan nombres, tal vez a las cintas clasificadoras también, pero esos activos que cuentan en los balances, nunca, repito nunca, sustituirán a las personas que, de verdad, han sido capaces de que nuestra pequeña Compañía tenga alma.

Es curioso Jose Manuel, hoy una “APP” revoluciona un sector, genera unas posibilidades que nunca antes tuvimos. Cada día más empresas dan sus primeros pasos con unos pequeños dispositivos que curiosamente te llegan a informar de que has aparcado… y dices, claro que he aparcado, lo he hecho yo…

Y detrás de esa “gran APP” aparece el verdadero actor. El héroe, el que realmente lleva a cabo la labor porque ha compartido su coche, ha conducido exitosamente la ruta nocturna, ha hecho las entregas en tiempo y forma, ha compartido su apartamento, ha grabado el envío correctamente, etc…

Y sabes qué, se llaman, Juan o Juana, Manuel o Manuela, o Ana, o Carmen, o Francisco o….

Y quién habla de ell@s… Pues nosotros lo seguiremos haciendo y aunque alguien trate de entender un modelo, a través de números o procedimientos, que nunca olviden que el éxito real han sido, son y seguirán siendo las personas.

Nosotr@s le seguimos poniendo nombre a nuestras salas de reuniones y lo hacemos como homenaje a personas, porque de esa manera permanecen más presentes que nunca en nuestras vidas.

Ahí está la sala YAYO o GERARDO GONZÁLEZ, detrás de los cuales hay bonitas historias que contar y sobre todo, recordar.

Y qué nos queda a ti y a mi ahora? Pues no abandonar aquello en lo que siempre creímos, las personas, todas. Las que mejor desempeño muestran y sobre todo, las que no llegan… porque seguro que estas últimas nos necesitan más que nunca. Así pues, bienvenid@s a nuestra nueva era en la que las personas seguirán siendo el centro de todas nuestras atenciones y  agradecimientos.

Si has dedicado unos minutos y has completado la lectura de esta pequeña reflexión, es que eres de los nuestr@s. 

Abrazos no “robóticos”.

PD. Vivimos en un País en el que las relaciones entre las personas son parte de nuestras señas de identidad, sin embargo, ello no quiere decir que dejemos de ser profesionales y actuemos desde el rigor. Así pues, a aprender… que no todo es corrupción y tenemos más de bueno (aunque no hablemos de ello) que de malo.