Reflexión del día, gracias a tí…

Leí esta carta hace unos años y hoy, no casualmente, decidí compartirla. Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. Comenzaste a